El misterio del cerro de los Coyotes (primera parte)
Son muchas las historias sorprendentes que se cuentan, de un pequeño cerro ubicado en la carretera que va, desde la ciudad de Choluteca a la ciudad de San Marcos de Colón, no se tiene que viajar mucho, si se desea ir a ver ese cerro diminuto y muy redondo, ya qué está a dos kilómetros de la salida de Choluteca, tiene la forma de un balón de fútbol, así de redondo es, con solo mirarlo, uno se queda impresionado por su forma geométrica.
Nunca se ah visto crecer un árbol o vegetación sobre el, en toda su
superficie nada hay, se puede apreciar su color rojo, como el achiote, porque
está formado por tierra roja. No hay ninguna casa cerca cerro, porque los
pobladores creen que es un cerro maldito, desde la carretera se puede apreciar
que en sus contornos no hay nada, sólo una pista de aterrizaje para avionetas
algo separada del cerro llamado "cerro de los coyotes".
Hay mucho misterio en lo que concierne al mal llamado "cerro
maldito" ya que no es más que una de las maravillas que Dios ah creado
para mostrarnos cuán grande es, no les contaré todo en esta historia, ya que
sería muy larga, lo haré en varios relatos, pero hoy voy a hablar sobre el
origen de su nombre y los intentos de desbastarlo.
Los territorios que están cubiertos por tierra roja, se dice que son muy
ricos en metales caros, como plata, oro, bronce, cobre etc. Así que a inicios
del siglo 19, unos mineros norteamericanos quisieron explotar éste cerro y
extraer sus materiales valiosos, se instalaron en el lugar, en campamentos a la
orilla del cerro, hicieron varias explosiones con dinamita el primer día.
Notaron que varios coyotes andaban rondando el lugar, y se empezaron a
dar cuenta que el lugar estaba plagado por coyotes cuando cayó la noche, habían
coyotes por todos lados, al parecer estos caninos salían de sus madrigueras o
escondites por la noche a cazar, atacaron y asesinaron a muchos mineros esa
noche.
Los que se pudieron refugiar en sus campamentos, no salieron hasta que
salió el sol, cuando ya no habían muchos coyotes cerca, solo uno que otro, pero
lograron espantarlos, decidieron entonces marcharse del lugar, para después
regresar y continuar con el trabajo, pero esta vez traer armas para matar a los
coyotes.
Antes de irse los mineros fueron a inspeccionar las devastaciones que
habían hecho con dinamita el día anterior, pero su sorpresa fue, que ahí no
había rastro de eso, parecía como si la parte del cerro que habían destruido,
se hubiera reconstruido, eso era muy sorprendente, ante la expectación de los
trabajadores de los metales.
Así que se fueron muy impresionados para su país Norteamericano,
pensando en volver a trabajar pronto al "cerro de los coyotes" que
así lo bautizaron, por razones que ya todos sabemos.
Una vez estando de regreso muy armados con fusiles para los coyotes y
dinamita para
el cerro, hicieron el mismo procedimiento, desbastaron ampliamente el
cerro con dinamita, y se refugiaron por la noche en sus campamentos, por miedo
a los coyotes.
Al llegar la mañana, sucedió lo mismo que la vez anterior, el cerro
estaba reconstruido como por arte de magia, esto ya era inaudito, para los
mineros, pero no querían rendirse, y repitieron el proceso; por varios días,
como era de esperarse el cerro de los coyotes siempre amanecía reconstruido.
Los mineros se rindieron y declararon que el cerro de los coyotes no era
un terreno para explotar, por condiciones inexplicables y sobrenaturales,
además de la plaga de coyotes que acechaba el lugar.
A inicios del siguiente siglo, en el siglo 20, en ese tiempo la
población de coyotes había menguado a casi nada, ya era extraño encontrarse un
coyotes por ahí, ya habían bastantes cazadores cerca de la zona y mataron a
casi todos los caninos salvajes.
Sucedió en ese siglo entonces, lo mismo con el intento de desvastar el
cerro, cuando se construyó la pista de aterrizaje para avionetas en Choluteca,
se hizo a unos 3 kilómetros del cerro de los coyotes, los ingenieros encargados
de la obra, creyeron conveniente, destruir ese cerro, para facilitar el
aterrizaje a los pilotos, y tener libertad de aterrizar tanto desde el norte
como desde el sur.
Iniciaron el proceso de destrucción, igualmente que los mineros, con
dinamita, lo iban haciendo por etapas, no estaban instalados en el lugar, así
que llegaban un día y destruirán una parte, y regresaban otro día, pero notaron
que el trabajo no avanzaba, decidieron entonces trabajar, más seguido, todos lo
días.
Pero sucedió lo mismo que a los mineros, el cerro volvía a
reconstruirse, cuando no se estaba trabajando en el, así se confirmó lo que
divulgaron los mineros unos 100 años atrás "el cerro de los coyotes no es
un terreno para explotar, por condiciones inexplicables y sobrenaturales"
Es por eso que las avionetas que aterrizan en la pista de Choluteca,
sólo pueden hacerlo desde una dirección, desde el norte, ya que por el lado
sur, está el famoso indestructible "cerro de los coyotes".
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