En cualquier escenario de análisis, serán los migrantes, quienes “paguen” la amenaza realizada por la presidenta Xiomara Castro al Gobierno de Estados Unidos de retirar la base militar de Palmerola.
-Si Donald Trump cumple su mayor promesa de la campaña que lo devolvió a la Casa Blanca, 2025 será el año de las deportaciones.
-El presidente electo ganó sus segundas elecciones presidenciales con un mensaje virulentamente antimigrante cuya propuesta central es llevar a cabo la mayor operación de expulsión de extranjeros en la historia del país.
Así lo concluyen diversos analistas y defensores de los derechos de los migrantes, quienes consideran “descabellado” una amenaza al Gobierno de Estados Unidos con Donald Trump al frente.
Cabe señalar, que Trump llegó nuevamente a la presidencia de Estados Unidos con la promesa de realizar deportaciones masivas, lo que provocó que el pasado 01 de enero la presidenta Xiomara Castro, amenazara con retirar la base militar de Palmerola si se materializan las deportaciones masivas.
Sin embargo, esta provocación sólo afectará a los migrantes quienes pueden, en efecto, ser deportados, o recibir otro tipo de sanciones como ser excluirlos de una nueva ampliación del Estatus de Protección Temporal (TPS) o recibir un impuesto al envío de remesas.
Así lo concluyó el presidente de la Fundación 15 de Septiembre con sede en Miami, Florida, Juan Flores, quien catalogó la amenaza como una acción ideológica y no en pro de la comunidad migrante.
“Migrantes pagarán”
Juan Flores recordó que los migrantes enviaron a Honduras más de nueve mil millones en concepto de remesas.
En ese sentido, pidió imaginar qué difícil sería para la economía nacional sí el actual presidente Donald Trump decide imponer un arancel a las remesas.
Consideró que la presidenta Castro bota “a la basura” el trabajo que se hace desde la Sociedad Civil en pro de la comunidad migrante.
En ese contexto, dijo que actualmente se negocia una nueva prórroga del Estatus de Protección Temporal (TPS), pero con las amenazas de la presidenta Castro, se puede quedar al margen de este beneficio.
Resumió que, cada vez que la presidenta Castro o su Gabinete actúan en contra del Gobierno de los Estados Unidos, actúa en contra de dos millones de hondureños.
Discurso reactivo y confrontativo
De su parte, el coordinador de incidencia migrante de la Comisión de Acción Social Menonita (CASM), César Ramos, consideró que el discurso de la presidenta Castro es muy reactivo y confrontativo.
Es reactivo, porque indudablemente habrá una reacción de parte del Gobierno de Estados Unidos.
También es confrontativo, porque ni siquiera ha asumido el presidente Donald Trump y ya recibe una amenaza oficial, apuntó el defensor de los derechos de los migrantes.
El también sociólogo recordó que desde hace meses Honduras ya maneja un discurso diplomático confrontativo con la embajadora estadounidense Laura Dogu.
Resumió que los hondureños se van por las condiciones del país, por lo que las autoridades deben trabajar en esas causas estructurales.
Concluyó que Honduras no representa un poder para siquiera amenazar al gobierno estadounidense.
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