La Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
hizo un fuerte llamado a los países de la región para mantener el estado de
alerta y colaborar con los sistemas de notificación para afrontar de mejor
manera el impacto de la nueva temporada de influenza aviar que por su evolución
ha sido considerada como una “situación sin precedentes”.
En el marco de la III Reunión Regional de Respuesta ante
la Emergencia de Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP) realizada este
jueves en Santiago de Chile se estimó el efecto de este virus para 2024, y se
prevé que este sea igual o mayor al último año, en el que 12,5 millones de aves
murieron o debieron ser sacrificadas para contener la enfermedad.
De acuerdo con los análisis de la FAO, esta nueva
temporada de migración de las aves que viajan desde el norte del continente
hacia el sur tiene una alta probabilidad de mantener un comportamiento similar
a la pasada.
En Estados Unidos, por ejemplo, se han contabilizado
cerca de 100 nuevos brotes en los últimos 30 días, y en México se ha registrado
una recurrencia del virus H5N1 en el estado de Sonora desde el pasado mes de
octubre.
Si bien la influenza aviar altamente patógena no ha
tenido una repercusión directa en la salud humana por el consumo de carnes o
huevos de las aves, si genera un problema a los ganaderos de la región
considerando que en la zona se produce el 20,4 % de la carne de ave y el 10 %
de los huevos a nivel mundial.
En el encuentro en el que participaron los delegados de
los servicios veterinarios oficiales de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia,
Costa Rica, Ecuador, Honduras, Panamá, Perú y Venezuela, además de altos
representantes de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y de la
Organización Panamericana de Salud (OPS) se solicitó apoyo técnico y logístico
a la FAO con el fin de contener la propagación de la enfermedad en el
continente.
“Ha sido un año de mucho trabajo por la emergencia, pero
a su vez de aprendizaje y colaboración. Este grupo de países atendió el llamado
de la FAO para abordarla como una enfermedad de carácter regional. Gracias a la
colaboración transparente y activa, con datos reales, hemos podido sugerir
medidas que benefician a toda la región, construyendo una hoja de ruta para
mantener el riesgo de introducción y diseminación en niveles controlados”,
expresó Andrés González, oficial de Ganadería Sostenible, Sanidad y Biodiversidad
Animal de la oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
El interés de la FAO, organismo con el que EFE mantiene
un acuerdo de difusión de contenidos, es que los países se mantengan en estado
de alerta y colaboren con los sistemas de notificación para afrontar de mejor
manera la emergencia regional.
“Nuestro mayor interés es poder contribuir desde la
cooperación internacional a minimizar el impacto que puede generar en la
seguridad alimentaria, los medios de subsistencia, la ecología, la
biodiversidad, el turismo y el comercio”, complementó González.
En ese sentido, la organización ha mantenido el apoyo técnico, a través del fortalecimiento de los servicios veterinarios, el suministro de materiales esenciales y el apoyo a la movilización de recursos para atender la contingencia a nivel regional
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